La plaza del Diamante (La plaça del Diamant), Mercè Rodoreda: resumen por capítulos

La plaza del diamante es una novela escrita por Mercé Rodoreda publicada por primera vez en 1962. Narra la trayectoria vital de una mujer de Barcelona, Natalia, de sobrenombre Colometa, a lo largo de los años de la Segunda República, Guerra Civil y postguerra.

NOTA ACLARATORIA: La novela está contada en primera persona en boca de Natalia, que es además la protagonista. Sin embargo el resumen está contado en voz de una tercera persona, pero desde la narración de Natalia, evidentemente.

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Resumen

Capítulo 1

Natalia esta trabajando en la pastelería cuando llega su amiga Julieta, vestida toda de blanco, animándola a que vaya a bailar a la plaza del Diamante. Habrá sorteo de cafeteras y de un ramo. Finalmente, Natalia se deja llevar. En la plaza estan los músicos y hay unas guirnaldas de colores encima. Natalia se acuerda de su madre, fallecida hace años, y de su padre, que se ha casado con otra. Natalia vive con ambos. Siente que una cinta del vestido le aprieta con dolor la cintura. De pronto se le acerca un muchacho, con ojos de mono, para invitarla a bailar, pero ella pone cono excusa que no sabe y que tiene novio además. Al final, y en el ambiente de regocijo del baile, acepta. Baila, y se acuerda de su madre, de su padre, de su cintura, y de su novio, que es cocinero. Da igual, dice el muchacho, le asegura que en un año serán matrimonio. Acabada la musica ya, Natalia echa a correr, pero el chico va detras de ella, no la llama Natalia sino Colometa (Palomita en catalán), hasta que la maldita cinta que le aprieta se rompe y las enaguas se van al suelo.

Capítulo 2

Natalia ha quedado con Quimet jungo al parque Güell. Un niño pasa con armas de juguete, y un joven desde una ventana invita a Natalia a echar la siesta con él. Se esconde, avergonzada, y también preocupada, pues es la primera vez que queda con Quimet, que llega una hora tarde. Natalia no le dice nada, es la primera vez. Entran al parque Güell, se sientan  en un banco. Natalia quiere decirle a Quimet que ha roto con Pere, el novio con el que estaba comprometida. Piensa que ha actuado mal con Pere. Mientras Quimet la sermonea diciendo que cuando estén casados, debe estar de acuerdo en todo con él. Porque, según dice, él sabe, y ella no. Y además saca a relucir, una y otra vez, a una tal pobre María. Ha empezado a buscar piso, y como es ebanista, hará unos muebles extraordinarios. Habla y habla, y mientras avanza el atardecer. Se besan, y luego más ... Hasta que cierran el parque y salen a las calles, quiere Natalia decirle lo de Pere, pero al final nada. Dan vueltas por las calles. Se hace de noche.

Capítulo 3

Un  día Quimet pilla por sorpresa en una esquina a Natalia y le espeta que no trabaje más en la pastelería, que ha visto desde fuera como el dueño le miraba el trasero. Es presa de un tremendo ataque de celos, injustificado además, porque Natalia asegura que el hombre solo se ocupa de su negocio. Natalia le amenaza con llamar a un guardia, siente haber roto con Pere, que era mas bueno que el pan. Enfadada, está tres semanas sin ver a Quimet. Este aparece mas suave que la seda, que si la pobre María otra vez, y pasean, ven escaparates donde Quimet le dice que le comprara cosas y más cosas. Le presenta a su madre, con la que no vive por llevarse mal. La madre vive sola en una casa llena de lazos, lazo aquí y lazo allá. Natalia habla con ella, que le gusta el trabajo  de pastelera, sobre todo hacer lazos. Antes de irse, le regala a Natalia unos rosarios. Quimet muestra bastante indiferencia, es un mero trámite. A la salida, dice a Natalia que se comprará una moto, para recorrer el país con ella. Se encuentran con Cintet, amigo de Quimet. Cintet le informa de un piso en venta que conoce. Tras describirselo, Quimet le pide que no lo deje escapar. Y a ver si sabe de una moto, a través del garage de su tío. Cosas de hombres, de las que Natalia no entiende. Su madre nunca le habló de los hombres. De hecho, sus padres nunca se hablaban y vivían ajenos el uno al otro, y así creció Natalia. Va a casa y guarda los rosarios.

Capítulo 4

Natalia  habla con Enriqueta, vendedora de comida en la calle, en la galería de su casa. Ve con buenos ojos que se case. Es una mujer muy limpia y bien vestida. Le dicw que el Quimet le conviene más, tiene negocio y parece más espabilado que Pere. Va con ella a comprarse la tela del vestido de novia.

Va con Quimet al pìso. Estababandonado, hay cucarachas. Quimet quiere cocina nueva y decide los papeles pintados. El domingo van otra vez, con Cintet y Mateu, a empezar la obra y quitar el papel viejo. Pero Quimet se escabulle al rato, Cintet le avisa a Natalia de que es un vago. Y así es. No aparece hasta tarde, con una excusa barata.

A los dias, empieza otra vez con los celos hacia el pastelero. Y luego con que la ha visto con Pere en la calle, lo cual era mentira, pero insiste tanto, que al fina Natalia acepta pedirle perdón y llega incluso a creer que es cierto.

Van un domingo al piso. Acaban la cocina y Quimet abraza a Mateu por el favor, por ayudarles.  Van todos juntos a comer. Hablan del anillo de boda, Mateu lo puede conseguir barato.

Capítulo 5

Es víspera Domingo de Ramos. El padre de Natalia le pregunta en casa cuándo será la boda. Natalia no lo sabe, están todavía trabajando en el piso que van a alquilar. El padre le dice que invite a Quimet a comer, invitación que Quimet rechaza, tras encontrarse con él en la calle, por el desdén hacia que muestra su padre. El domingo, se encuentran con Mateu y su pequeña hija en la calle, la gente lleva palmas, como es tradición ese día. Van a comer a casa de la madre de Quimet, donde está además una vecina que ha discutido con el marido. Quimet inicia una discusión con su madre porque la comida no tiene suficiente sal, saca a relucir el demonio de forma absurda y luego airado deja sin comer el postre.

Al domingo siguiente van a comer a casa de Natalia, pero salen pronto a pasear. Van al piso a trabajar. Mateu está allí. Hay una mancha en el papel que han puesto nuevo, y acude el dueño vecino para verla. Se inicia una discusión, tambiñen absurda, sobre quién tiene que hacerse cargo. Finalmente la pareja va a pasear, pero Quimet tiene trabajo con clientes y Natalia se queda sola. Los hombres la miran y le echan piropos desagradables. A raiz de eso, Natalia estña extraviada, no sabe para qué está en el mundo.

Capítulo 6

Quimet lleva a Natalia donde mosén Juan, el cura conocido que les va a casar. Pero antes de eso, Quimet le exige que se comprometa a pagar la mitad del alquiler. A Natalia no le parece muy normal, pero al final su padre, que es quien le administra el dinero, acepta esa condición.

Ya con mosén Juan, Quimet le advierte que no se toma muy en serio el matrimonio, y por tanto tampoco la boda. El cura le advierte que el matrimonio es algo muy serio, para toda la vida, y como tal debe ser celebrado, con vestido de novia blanco y tal. Quimet acepta, por respeto.

Llega la boda. Natalia ha llevado su cama de latón al piso de casados y han recibido diversos regalos para amueblar la casa. A la boda van todos los conocidos, Mateu, Cintety su familia, ... El sermón del cura fue sobre el paraíso, y Adán y Eva. Después van a sacarse fotos de estudio, mientras los invitados se dirigen al banquete, en Montjuich. Los novios llegan tarde. Empieza el banquete, ya se han acabado las anchoas y aceitunas. Que maleducados, dice Quimet. Pero al final comen muy bien. Empieza el baile, Natalia baila con su padre, con Mateu, y luego va entrando más y más gente que anda alrededor, aunque no conocen a la novia. El ambiente es de absoluta jovialidad. Incluso el camarero pide un baile a Natalia, es su costumbre con todas las novias. Natalia está alegre y es feliz, siente que se acabe el día.

Capítulo 7

Han pasado dos meses desde la boda y Quimet y Natalia ya están instalados en la casa. La convivencia es armoniosa, juguetona incluso. La pareja juega al escondite en casa. Natalia hace compras desenfadadamente. Quimet hace un trabajo especial por mediación de Cintet y con el dinero se compra una moto de segunda mano con la que salen de excursión. Quimet conduce la moto a toda velocidad y Natalia pasa miedo frecuentemente. Un día fueron de excursión por la costa, y Natalia empezó a sangrar por la nariz. El camarero la acompañó al baño a cortar la hemorragia. Quimet se enfadó por ello, y comenzó, como siempre que se alteraba o emocionaba, diciendo "pobre María". o "si María estuviese ...".  A Natalia ya incluso la obsesiona la misteriosa María.

La madre de Quimet no hace más que preguntar si se ha quedado embarazada. Hacen el amor los domingos, "para hacer un niño".  Un día fueron a casa de Quimet a comer, y como Natalia no quiso comer mucho, la madrela hizo tumbar y puso el oido en su vientre, a ver si estaba preñada. Pues no. Quimet se resigna. Dice que no es su culpa.

Otro día, Natalia va a la tienda-taller de carpintería de Quimet. Propone ayudar al marido en la limpieza. Que no enrede, le contesta Quimet. Le presenta a su aprendiz, Andreuet.

Capítulo 8

Quimet se ha afanado en fabricar una silla o mecedora especial para él. Pide a Natalia que la cuide especialmente. Se lo cuenta Enriqueta, que dice que mejor que se entretenga en eso que con la moto. Y que cuidado con su madre, que parece tonta con los lazos, pero que eso es para engañar. Los domingos a la tarde hacían el amor. Y a ella esas tardes le hacían ver las estrellas de daño. Enriqueta esta interesada en la noche de bodas, que le cuente dice. Natalia le cuenta que noche de bodas no, que tuverion semana de bodas, que horror, que el Quimet compró comida para una semana y que la encerró en casa para estar en la cama dale que te pego sin parar. Ella, avergonzada al principio, no se atrevía ni a desnudarse. Se desnudó él primero, tenía un cuerpo bonito. De pequeña le contaron que las mujeres casadas morían partidas, de la violencia con la que los hombres practicaban el sexo. Se lo contó a Quimet y se rió. Enriqueta le contó que su marido la ataba a la cama en cruz, porque ella siempre se quería escapar.

Capítulo 9

Una noche, Natalia, Quimet y Cintet salen a pasear, y a la vuelta a casa, se dan cuenta de que no encuentran la llave. Se echan la culpa unos a otros, Quimet diciendo que se la había dado a Natalia y tal. Al final, Quimet y Cintet, con herramientas del taller, hacen un agujero en la puerta que luego disimulan y pueden entrar. La llave estaba dentro de casa. La verdad es que Quimet anda nervioso: antes de la fiesta mayor un cliente le ha regateado una reparación, y está de mal humor, la toma contra Natalia. Natalia le apacigua, sin hacerle mucho caso. Por la tarde llega la madre de Quimet y pregunta si se lleva bien con él. Se arreglan. Quimet le interroga sobre lo que han hablado. La obliga a que le dé masajes en todo el cuerpo para el dolor.

Un día Natalia se encuentra con Pere en la calle, Pere está hundido, solo. Hablan un poco. Natalia siente una tristeza infinita. De vuelta casa, le comenta a Quimet que se ha encontrado con Pere. Quimet muestra una indiferencia total.

Capítulo 10

Natalia está emabarazada. La madre de Quimet le cuenta una travesura que hicieron Quimet y Cintet cuando eran pequeños con flores que ella había plantado. Los niños también hacen sufrir, dice. Enriqueta le previene profusamente contra los antojos. La comadrona le recomienda aire libre y baños. Haciéndole caso, van a la playa. Ya tiene el vientre grande. Natalia pasa bonitos momentos en la playa, absorta ante el mar y el cielo. A la vuelta van en moto, haciendo ses y rápido. Natalia se cree morir, pero Quimet dice que e niño nacerá asi con alta capacidad para el motociclismo. El padre de Natalia se enristece porque al ser Natalia hija perderá su apellido. Quisiera decicir el nombre al menos. Se lo cuenta Natalia a Quimet: ni pensar, dice. A Natalia le entra la manía de limpiar, Quimet estña nervisoo, duerme mal y tiene sueños raros, que se le caen los dientes. Natalia suele a ir pasear con Quimet, está hinchadísima, siente que algo le está insuflando aire. Piensa que si la soltarán saldría flotando por el aire. Y en una de estas, la primera queja. Ya viene el niño.

Capítulo 11

Natalia nunca pensó que gritaría tanto. Hizo tanta fuerza que casi ahogó al niño y rompió una columna de la cama. Y finalmente nació, un niño. 4 kilos, pero enseguida empezó a adelgazar, no quería la leche de Natalia, que solo tenía lecche en un pecho. El niño lloraba además sion parar. Todos pensaban que iba a morir. Quimet estaba en un sinvivir, no podía soportar los lloros, y trasladaron el bebé a otra habitación. La comadrona enseñó a Natalia como coger al niño. Poco a poco el niño empieza a tomar el biberón y a Natalia se le cura el pecho agrietado de tanta leche.

Capítulo 12

La madre de Quimet cuida al bebé, Antoni, los lunes. De este modo Natalia puede hacer la colada grande. De todas formas a Quimet no le gusta que su madre cuide al niño. Sigue quejándose de la pierna, Natalia se lo cuenta a Enriqueta, que no se lo cree. A las tardes Natalia suele ir con el niño a pasear y se para en los escaparates de las tiendas de muñecas, que observa con atención.

Natalia recoge una paloma herida en la ventana y la cura. Quimet propone que se la queden, para distraer al niño. La meteran en una jaula con forma de casa. Los amigos de Quimet vienen a casa: Mateu dice que mejor matarla, Cintet, que será de alguien de la vecindad. Quimet piensa en traer una paloma hembra para emparejarlos. Pero a pesar de traer hasta tres palomas, no hacen crías. Les comentan que preparen ortigas para los palomas, que así cogen fuerza. Y todos hablan y hablan sobre las palomas. Y Natalia lo recordará, eso, y que además Quimet compró un embudo en esos días, que dijo que había que tratar con cuidado.

Capítulo 13

Quimet fabrica en casa una casa para las palomas, con la ayuda de Cintet. En la buhardilla hacen una ventana por donde salgan las palomas. A Natalia le hacen quitar todas sus cosas de allí, el cesto de ropa, sillas, pinzas, ... De pintar la casa de las palomas se encarga Natalia. Cuando finalmente llevan las palomas, estas salen timidamente, pero pronto se acostumbran. Luego traen otra pareja de palomas, y luego otra más.

Capítulo 14

Natalia cuenta como suele ir al mercado, bullicioso. Tranvías y barrenderos fuera, y luego las mejillonera, las triperas que venden los inmudos despojos, su pescadora y su verdulera. Y así, en ese ir y venir, llega la República. Quimet entusiasmado. Pero sobre todo, el aire fresco que se respira, que nunca más lo ha vuelto a respirar Natalia. Mateo esta cada vez más enamorado de Griselda, hasta enloquecer. De hecho casi se desmaya cuando se quedó solo con ella despues de casarse. Debe tomárselo con tranquilidad, le dicen. Natalia siente hasta pena. Quimet habla sobre las palomas, que son como las personas. Cintet les abre la puerta para que salieran, y vuelan, pero luego vuelven. Menos mal, para Quimet. Y así hacen desde entonces, para disgusto de Natalia, que no puede tender la ropa.

Capítulo 15

Quimet lleva al niño en la moto, dice que menos balcón y mñas carretera. Le lleva en una cuna de madera que adosa a la mota. Natalia teme por su vida, habráse visto andar así. Pero luego siempre vuelven, sanos y salvos. Cuando el niño tiene año y medio, Natalia queda otra vez embarazada. Natalia tiene embarazo difícil, con el miedo además de Quimet y sus viajes con el niño. El parto es difícil y Natalia está en peligro de muerte, sangra mucho. Ponen a la niña el nombre de Rita. Su hermano Antoni enseguida coge celos y le pega, y Natalia pega a su vez al niño. Griselda y Mateu vienen a ver la niña, tan mona la niña, tan guapa Griselda, tan enamorado Mateu. Y a Natalia, a Colometa, le salen ojeras violetas. Ojeras violetas que ya tuvo en el embarazo y que no se le van. Quimet compra al niño una pistola y una porra, para que le dé caña a su madre, que protesta porque lleva la niño en moto. El niño ha aprendido a hacerse el cojo, de su padre con su pierna,  sobre todo si no quiere comer. Es demasiado travieso. Con la pistola de juguete dispara a la madre de Quimet, a Enriqueta.  Menuda pieza. Y Colometa a encerrarle.

Capítulo 16

Quimet empieza a sentir una especie de angustia. Una mañana, la Colometa encuentra una especie de piel de tripa en la cama. La lleva a la farmacia y le dicen que es una solitaria, un gusano parásito del sistema digestivo, enorme además. Le dan una medicina para que la eche. Va a decirselo al marido al taller. Quimet no quiere que se entere el aprendiz por nada del mundo. Les manda a casa. Al volver, está nervioso. Para que sea efectivo, hay que echar al gusano entero. Y al final, avanzada la noche echa al gusano, larguísimo. Lo meten en un bote en alcohol. Cintet y Mateu viene a verlo y hablan largo sobre el tema. La tendera también, su abuelo tuvo uno que le salía por la boca y le hacía toser. Un  día el niño cohe al gusano y se lo enrosca a la niña. Quimet se pone furioso. Tenían que haber puesto el bote más alto.

Capítulo 17

Quimet tiene poco trabajo en el taller. La cosa va mal. Natalia está encantada con los niños, son una preciosidad. Pero pasan hambre. Decide buscar trabajo. Pregunta a Enriqueta, que la manda a una casa donde necesitan una interina. La casa es grande, con jardín, patio, galerías. Toca la puerta, no abren, le gritan que vaya detrás de la casa. Natalia se fija en los arboles y en otros muchos detalles de lacasa. La recibe despues de rodear la casa un hombre alto, parece buena persona. Es el yerno. La hace entrar a la casa, viene su suegra y un niño. En la casa vive el matrimonio joven, el niño, y los abuelos maternos. El yerno dice que en la casa hace falta trabajo todos los días, no a veces, y que es buen pagador. Por ello, le ofrece un precio por hora de trabajo reducido, pero que en su opinión le dará un sueldo seguro. Natalia acepta.

Capítulo 18

La señora, la suegra, le enseña la casa. Cocina antigua, en desuso porque usan gas, muebles con carcoma, espejos picados, vitrinas rajadas (la hija disparó con una pistola de juguete al cristal). Una baño con humedad, una bañera enorme, en mal esatado, azulejeteada, que hay que vaciar a mano porque no desagua. Un arcón en relieve (y alli tallada una pareja, que representa la eterna cuestión, el amor). Una habitación con un piano y un bargueño con patas raras. La alcoba de la señora y el señor. La alcoba del niño. El salón, con un baúl gótico con muchos detalles. La habitación de la hija y el yerno. La hija está descansando, tiene una enfermedad, no se sabe cuál. Perdió sangre al cambiar de sitio unis tiestos. La puertecita de entrada al jardín desde la calle, con un mecanismo complicado de entrada. En fin, un rompecabezas de casa para Natalia.

Capítulo 19

Quimet piensa en dedicarse a criar palomas para salir adelante y según él, hacerse ricos. Natalia va a casa de Enriqueta, a contarle lo del trabajo. Enriqueta le ofrece quedarse con los niños en la calle mientras vende, pero Natalia dice que Antoni será obediente pero que será difícil que Rita, la pequeña, se quede quieta.

El primer día de trabajo es problemático. Los niños se quedan con Quimet, porque dice que con Enriqueta se pueden escpaar y pillarles algún coche. En la casa se cortó el agua, mientras el yerno intentaba arreglar la avería, a limpiar el povo y cristales , que se ensuciaban enseguida debido otra vez debido al tráfico. El agua si gue sin llegar. Hay que subir cubos del pozo. Hace las camas, pero la señora la interrumpe para que ponga una tarjeta en la puerta de aviso al fontanero por donde entrar. Información sobre el enrejado'de una puerta: el yerno se hizo pasar por contratista que necesitaba una muestra y lo consiguió gratis (o sea, que son unos caraduras). Termina, le pagan, corriendo llega a casa: Rita dormida, el niño, llorando.

Capítulo 20

Al día siguiente llega el fontanero a la casa, arregla lo del agua. Pero cuando se va el yerno no se fía y le pide ayuda a Natalia para comprobar el nivel del agua. Son realmente raros el yerno y también su familia, así se lo cuenta a Quimet. A los dos días aparece el yerno con un ojo morado. La suegra le cuenta que tienen a un inquilino en un cobertizo y que han querido subirle el alquiler  porque se han enterado que gana mucho dinero con unos caballitos que fabrica. El yerno ha ido a decírselo, se han enzarzado, y el inquilino le han tirado un hueso del plato que estaba comiendo, de ahí el moretón. Han ido a ver a un abogado.

Suena el timbre. Natalia no sabe que timbre es, del lío de entradas que hay en la casa. Finalmente, tras un buen rato, les abre. Son una pareja mayor, elegantes y muy limpios, vienen por un anuncio que han puesto los señores, que quieren alquilar la torre, una parte de la casa. Los señores no quieren niños, dice Natalia, pero la pareja dice que la torre es para su hijo, que tiene tres niños. Se van, disgustados claro. Tocan el timbre otra vez, es un joven, que se queja de las vueltas que hay que dar para encontrar la entrada. Y entre el lio del timbre, la entrada y los niños, a los señores les cuesta muchísimo alquilar las casas que tienen.

Natalia decide dejar los niños con Enriqueta, Rita atada y que no les dé chucherías, que luego no comen. Pero Antoni empieza a pedir que quiere ir a casa. Finalmente, los tiene que dejar en casa. Los niños cogen la costumbre de jugar con las semillas de algarroba (arvejas) para las palomas. Y un día que Quimet va a buscarla al trabajo le hace comprar kilos de arvejas en la tienda donde ha dejado los recados de la señora.

Capítulo 21

Natalia habitualmente encuentra a los niños dormidos, hasta que un día los encuentra despiertos y con aspecto de haber hecho alguna travesura. Otro día, llega antes para pillarles in fraganti y ve a todas las palomas por la casa y sin rastro de los niños hasta que los encuentra en el cuarto oscuro también con palomas. Palomas por todos los sitios. Quimet lo encuentra divertido, una especie de bendición o fiesta. Quiere poner más comedieros, poner una especie de granja. A Natalia le parece delirante, pero Quimet impone su voluntad y las palomas van invadiendo la casa. Van haciendo pichones (crías de paloma) y el Quimet ya piensa en cambiar de casa, cerrar la tienda, comprar un terreno y hacer una casa con material de desecho para seguir con las plaomas, que según él serían un negocio redondo.

Ya piensa como diseñar la casa, con una torre para las palomas. No dejaría el oficio de ebanista, porque le gusta, solo que sufre con la mala gente que se encuentra. Haría muebles solo para los amigos. Pero finalmente, Enriqueta le cuenta que lo que hace al final es regalar la mayoría de las palomas. El negocio redondo es, pues, una ruina. Y Natalia sin parar de trabajar.

Capítulo 22

Natalia no puede máss. No hace más que limpiar la casa por la mierda de las palomas. Solo oye a las palomas, incluso cuando va trabajar no oye a la señora, porque retumban en su cabeza las palomas. Su antes bonita casa es ahora un desastre, todo huele asqueroso, por las palomas, incluso ella huele a paloma. Y cuando se queja ella, Quimet se queja de la pierna. Enriqueta le dice que ella ya habría acabado con todo, que tiene que echarle a carñacter al marido. La madre de Quimet visita la casa, porque los niños cuando la visitan no hablan más que de las palomas como si fuesen hermanitos,  y se espanta. Solo se le puede haber ocurrido a su hijo, dice, mientras ve que las palomas se han adueñado de toda la casa. Natalia la invita a ver los huevos. No, dice, la madre de Quimet, porque las palomas son muy celosas.

Capítulo 23

A la semana la madre de Quimet murió. Dejaron a los niños con Enriqueta y fueron a verla. Las vecinas se habían ocupado del velatorio en la misma casa. Una corona sin flores le habían puesto, asi lo quería por lo visto la madre del Quimet, que decía que las flores para las jóvenes. Quimet se queja de que ahora, él, su hijo, no puede ponerle corona. La vecina le propone pagar la que está a medias. La madre yace como una figura de cera. Las vecinas cuentan que hace unos dias le habían dado unos vahídos muy fuertes, estaba asustada. La ayudaron a meterse en la cama. Les ha dado tiempo a la extrema unción. Está descalza, porque así lo quería, por si volvía para no hacer ruido. La han aseado y vestido bien, son las vecinas las que se han ocupado de todo. Dicen a Quimet que le quería mucho, y a los nietos, pero que le hubiese gustado tener una hija. Quimet ya lo sabía, de pequeño su madre le vestía de niña. Es hora ya de llamar a la funeraria.

Capítulo 24

Cintet anima a Quimet a participar en los escamots, brigadas de soldados de la República. Se acerca la guerra. Colometa intenta quitarle esa idea a Cintet. Quimet tiene una familia, una mujer y dos hijos. No. Natalia está cansada y necesita que la ayuden en casa. Quimet pasa del tema, cría palomas para regalaralas, sale con Cintet, se lleva al niño, que imita su cojera,  para entonces reprender a Colometa por educar a los niños como los gitanos.

Un día viene Mateu. Conoce a un hombre que cría otro tipo de palomas, pero no se lo ha contado a Quimet. Mejor, dice Natalia, solo faltaban más palomas. Y después habla de que Griselda trabaja de mecanógrafa, que los padres de ella cuidan a la niña, y el lo lleva mal. Se pone a llorar. Y Natalia se emociona. En el terrado de la casa, al atrdecer, con el cielo rojizo, empieza a entender la vida.

Capítulo 25

Cansada, Natalia rompe un vaso en casa de los señores y se lo hacen pagar. Llega a casa, pega un cachete al niño, empieza a llorar, la niña también, y al final incluso ella misma. Quimet llega y protesta por el drama que se encuentra. Quiere alegría, coge a los niños en vuelo y se consuelan. Todo se tranquiliza. Pero Colometa ha decicido que lo de las palomas se ha acabado, no sabe como decirlo, pero se acabó. Quiere mandarlo todo a paseo. Empieza por molestar en secreto a las palomas que empollan, para que los abandonen. Luego empieza a sacurdir los huevos. Las palomas le pican en las manos. Duerme con ansiedad. La situación se prolonga meses, pero al final, visto que han dejado de criar, Quimet dice que las palomas no valen para nada.

Capítulo 26

Mientras ocurre lo de las palomas, que todavía estań ahí, falla el gas en la ciudad. Escasea la leche. Quimet viene armado y anda todo el día por la calle, como miliciano. Es la guerra. En casa de los señores reciben los últimos botes del lechero, que pide que le paguen, porque no sabe si va a volver. Al día siguiente, la señora le cuenta a Colometa que han querido matar a su marido porque pensaban que era cura. Un miliciano le estuvo apuntando en la calle, pero el marido al final consiguió convencerle y llevó al miliciano a casa, para enseñarles que tenía familia y que no era cura.

Dos dias despues, aparecen en casa de los señores cinco milicianos con una pareja. Por lo visto, los señores se habían quedado con una casa de la pareja por no haber pagado unos intereses y exien ahora su devolución, con un papel que debe firmar el señor, bajo amenaza de los milicianos armados. El señor se resiste, intenta argumentar, diciendo que todo lo hizo correctamente. La pareja presiona a los milicianos. Finalmente se llevan al señor y le pasean en un coche, siempre bajo amenazas, pero al final logra convencer a los milicianos y le sueltan.

Al día siguiente otro incidente: los milicianos hacen un registro en casa de los señores, denunciados por unos inquilinos, que lo que buscan es ponerse a vivir en la casa de los señores, en lugar de en el garaje que tienen alquilado. Se salvan por los pelos.

La comida para las palomas escasea. Las palomas comienzan a marcharse.

Capítulo 27

A Enriqueta le han destrozado el negocio, y a hora vende botones y medias en el suelo de la calle. Quimet y Cintet parten para el frente de Aragón. Antes, han pasado a mosén Joan al otro lado de la frontera. Quimet le da dos monedas de oro a Colometa de parte de mosén Joan. Griselda ha dejado a Mateu.

El señor despide a Natalia. No le pueden pagar porque se han quedado sin inquilinos. Además, sabe que Quimet es miliciano y no quiere tratar con ellos. Critica a los revolucionarios. Dice que al final necesitaran a los ricos sin duda. A la hora de comer, vienen por sorpresa Quimet y Cintet del frente. Están un rato y Quimet besa a los niños que están durmiendo. Deben volver al frente. Tras ellos viene Mateu, triste porque ha perdido a Griselda y su niña. La muerte en el frente quizás le libere de esa pena. Pide un recuerdo a Natalia, y esta le da una cinta. Está con los niños, les besa. Confiesa a Natalia su afecto por ella, más que afecto. Natalia disimula, le dice que no pierda la esperanza en Griselda. Se va triste, si pierden la guerra, están perdidos, dice.

Gracias a Enriqueta, Natalia encuentra trabajo de limpiadora en el ayuntamiento.

Capítulo 28

Cuando llega de trabajar, Natalia se tumba en la cama y recuerda, y todo le parece que es como antes, cuando trabajaba en aquella hermosa pastelería, con su traje blanco.

Quimet llega del frente, trae comida. Dice que la guerra no es guerra de verdad, que se hablan amigablemente con los de la trinchera enemiga a gritos. Que muchos dias no pasa nada. Dice que la paz se acerca y que todo cambiará. No le gusta en cambio ni la quema de iglesias ni los "paseos" para liquidar a la gente. Se llevará dos colchones para el frente. Juega con los niños. Van donde el tendero a por cuerda para enrollar los colchones. El tendero, ya mayor, dice que ya se iría a gusto con Quimet a esa guerra que no es guerra. Cuenta Natalia a Quimet que las palomas se han ido, casi todas. No pasa nada, dice Quimet, cuando acabe esto, todo cambiará. A la mañana viene un camión en busca de Quimet. Cintet no está, ha ido a Cartagena a buscar billetes.

Capítulo 29

A los tres dias de irse Quimet, aparece Cintet. Ha hecho el viaje a Cartagena para traer billetes en avioneta. Le ha traido comida: naranjas, leche, café. Toman café bien a gusto. Cintet cuenta que la guerra es cosa mala. Ha cambiado mucho, piensa Natalia. Le cuenta también la maravillosa experiencia de volar en avioneta, como se les metió un pájaro en la avioneta y se murió. Hablan sobre Mateu; y Cintet opina que Griselda no es mujer para Mateu, que solo le dará disgustos. Le cuenta Natalia que las palomas se han ido. Ha tapado su salida, y el Cinet dice que la pintará de rosa cuando ganen la guerra. Se despide y Natalia se queda pensando, hasta que llega Enriqueta con los niños.

Capítulo 30

Se encuentra con Julieta, muy demacrada y vestida de miliciana. Dice que tiene que contarle muchas cosas. Le adelanta que mataron al pastelero al principio de la guerra. Que tiene novio. Quedan para el domingo.

El domingo, Enriqueta viene a por los niños. Y Natalia va en busca de Julieta. Julieta le cuenta que está muy enamorada de su novio, que la quiere muchísimo, que estuvieron una noche juntos. Que fue maravilloso, aunque no hubo sexo. Abrazados, en una mansión requisada, en un ambiente mágico. Y está tan enamorada que tiene pánico a que lo maten en la guerra. Natalia le dice que a ella le hubiera gustado pasar una noche así. Pero que no hace más que trabajar, fuera y en casa. Julieta la anima, todo cambiará, hay que tener esperanza. Como ella, que ya nadie le quitará esan noche mágica que pasó con su novio.

Natalia se locuenta a Enriqueta, que se pone furiosa. No se puede pasar la noche en una casa de gente que quizás ham uerto, ponerse los vestidos que hay por allñi y además acabar robándolos, como contó Julieta. Y así, con los niños cogidos de la mano, arrancados de Enriqueta porque esta les había dado mermelada, va por la calle. Con una pena infinita que le entra.

Capítulo 31

En la ciudad pintan las farolas de azul para evitar los bombardeos. En una de estas, el padre de Natalia muere, de un infarto, esto es, del miedo. La mujer de su padre le pide dinero a Natalia para el funeral. Le da lo que puede. Recuerda como paseaba con su padre de pequeña. Solo le pudo velar un rato por tener que ir a trabajar, y de el le quedó solo un retrato. A su mujer no la volvió a ver.

Quimet viene con unos milicianos, sucio, demacrado y desastrado. Tiene tubercolisis. Trae comida, menos mal. Las aplomas se hna ido, menos una. Si no fuese por la guerra, pondría más ponederos de palomas, dice Quimet. Se queda tres días. Los niños duermen con él la siesta. Se despide con un abrazo desesperanzado de Natalia.

La señora Enriqueta dice que la guerra está perdida. Y tiene miedo de qué pasará con Quimet. El tendero dice que no se fíe de nadie, ni de Enriqueta. Enriqueta dice por su parte que el tendero quiere que ganen los nacionales, por interés propio. Julieta viene: los viejos estorban, los jóvenes solo quieren vivir sanamente.

Natalia no tiene que dar de comer a sus hijos. Pasan hambre. Un hambre atroz. Julieta dice que mande la niño a una colonia. Serña una boca menos que alimentar. El niño no quiere, pero finalmente suben a un camión, para dejar al niño en la colonia.

Capítulo 32

Llegan a la colonia, Julieta, Natalia y el niño. Hay un montón de niños más, con el pelo rapado. Le explican a la profesora que no pueden darle de comer al niño. La profesora pregunta si el niño se quiere quedar. Pero Natalia dice que le tienen que dejar. El niño se resiste, que le pegarán, que se morirá. Natalia le intenta convencer, pero al final le tiene que dejar allí a la fuerza. Enriqueta va a ver al niño los domingos, y siempre dice que está bien. La pequeña Rita lo lleva mal, se vuelve apática.

Y un día llegaron unos milicianos. Dicen que Quimet y Cintet han muerto, como hombres. Le entregan el reloj de Quimet. Natalia sube a la terraza. Solo queda una paloma, y ya está muerta.

Capítulo 33

La gente le decía eso, que era de corcho. Y por eso podía seguir adelante. Quimet está muerto, pero piensa en él como si viviera, piensa que volverá, con el Cintet. Y así se siente Natalia, todo patas arriba, fuera de la realidad. Se pone de luto. Griselda viene averla, toda guapa ella. Se lleva bien con Mateu. Natalia dice que tiene a Toni en una colonia. Que cosa más triste, dice Griselda. Y así es. Cuando Julieta lo trae de alli, Natalia se encuentra conu un niño triste, callado, en los huesos, con costras. Julieta trae algo de comida y entre los tres la devoran.

Llega el invierno. Reclutan a adolescentes, a viejos. Como ratas a la ratonera. La muerte es segura. Empieza a vender cosas de casa para poder comer. Hace un frío de espanto. La gente se va. El tendero no la saluda. Enriqueta le trae media lechuga. Y le cuenta que han fusilado a Mateu en una plaza. Una tristeza infinita se apodera de Natalia. Se pone blanca.

Vende todo lo que le queda, el reloj de Quimet, cama, colchon, aparador, ... Solo le quedán las dos monedas que le dio mosén Juan, que son sagradas para ella. Y cuando no le queda nada, va a casa de los antiguos señores. Es la única y última solución.

Capítulo 34

Nerviosa, Natalia se dirige a la casa de los señores. Sabe como abrir la puerta, pero al fonal decide tocar el timbre. Le abre el señor, pero enseguida es la señora la que comienza a hablar con ella. Le pide trabajo. El señor la oye, y salta indignado: no quiere revolucionarios en casa, solo han traido miseria. La señor le calma.  La señora dice ue no tienen dinero. Natalia cuenta que Quimet ha muerto. La señora: tanto peor, Natalia es roja, y eso les comprometería. La acompaña a la salida. Igual que a la ida, a la vuelta pasa por la la tienda de los hules, el tendero de las arvejas, ... Se desmaya. Consciente ya, consigue llegar a casa sola. A pesar de que Enriqueta le busca trabajillos de limpieza, no llega. Los niños están famélicos y piensa en matarlos.  Tiene alucinaciones: una manos la levantan a ella y a los niños de la cama, que se han convertido en huevos. Dos diñas sin comer. Hace dias ya que vendió las monedas de moñsen Juan. Busca el embudo, con el quiere matar a los niños metiendoles aguafuerte por la boca  y luego suicidarse.

Capítulo 35

Pero ni siquiera tiene dinero para el aguafuerte. Aún así, sale, sin saber para qué. Persigue a una señora gruesa que lleva dos velas y que se para con un hombre para ponerse a llorar. Llueve. La señora abre un paraguas. Llega a una iglesia. Natalia se encuentra con un chico sin pierna, le pregunta por Quimet. Dice el chico que él ahora tiene su tienda y que le va bien , porque hizo la guerra con los otros. Natalia le recuerda: es el aprendiz de Quimet. La señora da una limosna a una pobre mujer con niño y entra a la iglesia. También Natalia. Desde que se casó no había entrado. Se admira de la belleza de la iglesia. Mucha gente dentro. Arrodillados. y en esto Natalia empieza a ver una especie de alucinación, un montón de bolitas de luz que suben por el interior de la iglesia. No esta segura de que sea real y cierra los ojos un instante, pero luego siguen ahí. Se van tiniendo de rojo y empieza a oir un coro de voces lejanas, que gritan para acabar por el mal que Dios ha crado  con la guerra. La señora a la que ha seguido Natalia no está arrodillada y sus miradas se cruzan. Natalia piensa que ve y oye lo mismo que ella. Sale de la iglesia, llueve todavía, y corre, quiere volar, que no le pillen las bolas rojas. Todos están muertos, piensa. Llega a casa, frenética, ahogándose y ve al Mateu diciendo que no hay más remedio ...

Capítulo 36

Natalia sale de casa con el cesto y la botella para el aguafuerte. Baja las escaleras fijandose en sus detalles, los graffitis de las paredes, ... Está muy débil, no debe mirar a las luces azules por si acaso. Abajo, un olor a plumas asqueroso. Un hombre rebuscando en la basura. Ha encontrado algo. Ella podría hacer lo mismo, pero para que, si un trozo de pan no quita el hambre. Piensa en pedir limosna, como la mujer de la iglesia. Ella pidiendo,  que trabajó en la pastelería, que sabía leer y escribir. En fin. Pasan por la tienda de los hules, el olor a hule, el osito con cinta azul. Llega a la tienda de las arvejas y cuando se va el resto de clientes pide que le llene la botella de aguafuerte. Simula que busca monedas en el monedero, y que se le ha olvidado en casa. No importa, dice le tendero. Otro día le pagará. A ver si sigue trabajando con los señores, dice el tendero. Natalia, que no. Y cuando ha salido ya a la calle, el tendero viene llamándola, que vuelva a la tienda. Y allí, le dice a ver si quiere trabajar en su casa limpiando. Que la persona que lo hace ahora es muy mayor y lo ha dejado. Para empezar mañana mismo. Al principio Natalia se queda estupefacta, y no sabe que decir, pero asiente al final. y el tendero contento, le regala algunos productos. Y cuando llega a casa empieza a llorar.

Capítulo 37

La casa del tendero esta justo al lado de la tienda. Hay acceso directo por una puerta con una cortinilla de canutillos con un dibujo de una japonesa. Es una casa sencilla y oscura. El tendero es muy agradable, se llama Antoni y  le pregunta siempre si está cansada. Limpiando, Natalia va adueñanodse de todos los detalles de la casa, que tiene incluso un patio. Tiene que cerrar bien las puertas porque entran ratas desde el patio que comen el grano de los sacos de la tienda. Le llama la atención la cama del tendero, una cama antigua de sus antepasados, sagrada para el tendero, con una colcha como la que tenía ella. Y al lado un biombo para desnudarse detrás.

Capítulo 38

Poco a poco va saliendo adelante. Suele traer además comida de la tienda, recortes cualquier cosa. Va a casa con todo y abren las bolsas con regocijo. Los niños engordan algo. Duermen juntos, a veces en la terraza, a veces en casa, con solo una manta, ya que Colometa vendió el colchón. Quimet ha desaparecido de sus pensamientos, ni los niños hablan de él. Es lo mejor, no podría aguantar esa carga añadida.

Pasa más de un año y la casa del tendero ya está como una patena de limpia. El tendero tiene ya confianza con Colometa. Dice que la conocía de cuando compraba las arvejas para las palomas y al Quimet también, porque lo miraba por los espejos de dentro, que utiliza para vigilar que no le roben. Que el día que le propuso trabajar para él (el día del aguafuerte), ya sabía que le había pasado algo gordo. Y Colometa le cuenta la muerte de Quimet. El tendero dice que también hizo la guerra y que estuvo gravemente herido. Le propone venir el domingo a las tres, para estar juntos, ya que supone que ya no le da miedo estar con él.

Capítulo 39

Baja de casa y en las escaleras toca las balanzas que están dibujadas en la pared. Esas balanzas que están ahí desde que se vinieron a vivir y que tantas veces ha visto. va a casa del tendero desganada, sin saber que se va a encontrar, para qué quiere estar con ella. El tendero se ha arreglado. Es timido y no le salen las palabras. Pronto se hará viejo, dice, es inútil por las heridas de la guerra y no puede tener hijos. Está solo, no tiene familia. Siempre ha trabajado duro, siempre en la tienda, luchando contra las ratas, y no quiere acabar en un asilo, no se lo merece. Quiere ser un apoyo para Colometa y sus hijos. Siempre le ha tenido afecto, desde que compraba las arvejas. Le pide a Colometa que se case con él, libremente.

Capítulo 40

Colometa llega a casa, coge los niños y lo primero va donde Enriqueta, a pedirle consejo. Enriqueta le dice sin dudar que se case con el, a pesar de que le hayan mutilado en la guerra. Que se lo diga a los niños de la forma más natural. Pasados unos dias le dice el sí al tendero, excusándose por el retraso porque la habia pillado de sorpresa. Antoni se emociona cuando se lo dice. Trabaja en la casa como cualwuier día, observa donde va a vivir y piensa que en realidad no le gusta la casa, que podria haberle dicho que no al tendero. Se locuenta a los niños, que se irán a otra casa y que los cuidará un hombre. Y a los tres meses se casa con Antoni, como Antoni su hijo, que llamará Toni para distinguirlo. Pero antes arregló la casa, Colometa quería camas de metal nuevas y las tuvo, lencería nueva y la tuvo. Todo nuevo.

Capítulo 41

Y se ponen a vivir en casa. Los niños cada uno en su habitación bien puesta. Antoni no quiere que Colometa trabaje más. Contrata a una interina, Rosa. Enriqueta viene de visita, pregunta por la noche de bodas (¿qué hicieron, si el hombre no podía? ¿y el biombo en la habitación? Le enseña la casa, el ajuar. Enriqueta queda asombrada de la riqueza que se ven la casa. El tendero le da galletas a Enriqueta cada vez que sale, y asi se la gana. Un día cazan una rata, aplastada en la trampa. Hay moscas encima. Se acuerda de Quimet que decñia que esas moscas eran el demonio, la muerte. Llega Antoni coge todo y lo tira a la alcantarilla. Los niños enseguida se acostumbran a Antoni, sobre todo Toni, que no se despega de su lado y le ayuda.

Capítulo 42

Colometa vive encerrada en casa del tendero. No quiere salir, le da miedo la calle. Hace la casa suya, conoce todas sus luces, sus sombras. Los niños hacen la primera comunión. Viene Enriqueta a ayudar a vestir a la niña. La niña, preciosa. Y al acabar lafiesta, la niña dice de pronto que una amiga suya creía que su padre había muerto en la guerra y que volvió vivo. Y la mira con ojos extraños, esos mismos ojos de Quimet que la hacían sufrir.

Y despues de eso, los nervios la atacan. ¿Y si Quimet volviera y la encontara casada? No hace más que andar por casa, arriba y abajo. La sola idea la pone fuera de sí. No quiere salir de casa del miedo (Quimet si volviera ...)  y se recluye dos o tres años. Hasta que sale, porque le dicen que tiene que salir. Y un día que sale con Rita por las tiendas, la niña se da cuenta de que está asustada y al cruzar la calle, las vuelve a ver, las luces azules, y se desmaya. A casa. No es nada, es de tanto tiempo sin salir. Vuelve a salir, pero sola, por los parques.

Capítulo 43

Pasan varios años. Rita ha crecido. Y dice que quiere estudiar idiomas, pafra ser azafata de avión. Antoni, que sí. Colometa. que habrña que hablarlo. Antoni le dice que a los jóvenes hay que dejarles hacer, que saben más que los viejos. Y le dice otra cosa, que nunca ha sido tan feliz como con ellos, con los tres.

Y Colometa empieza a ver palomas. En su cabeza. Pero las ve limpias, sin suciedad. Todo muy bonito. No como cuando las tenía Quimet en casa.

Se lo cuenta a una señora en el parque. Que tenía palomas, muchas, de todas las clases, con sus ponederos y todo, En una torre que luego una bomba en la guerra hecho abajo. Y esa señora se lo contó a otra, y esta a otra, y al final Colometa se convirtió en la mujer que solo pensaba, solo hablaba de palomas, en definitiva, la mujer de las palomas. Y Colometa sigue yendo al parque, por diferentes caminos, y se queda absorta con las casas que le gustan, y aprovecha que tienen la ventana abierta para mirar hacia adentro. Va al parque incluso cuando llueve, despacio, blandamente, y todo le hace llorar por la calle.

Capítulo 44

Antoni habla con Toni. Va bien en los estudios y le pregunta que piense que quiere ser de mayor, que carrera quiere estudiar. Sin prisa. Toni le dice que lo tiene claro: quiere ser tendero como él. Antoni queda decepcionado, le hubiera gusrado médico o arquitecto, sabe que la profesión es dura. Pero el chico lo tiene muy claro.

Se va el matrimonio a la cama. Se desnudan detrás del biombo, una costumbre de toda la vida en casa de Antoni. Se duerme. Pasa un carro que la despierta. Va a la tienda y juego con los granos de maiz de un saco. Remueve las aceitunas. Deshoja una flor. Se acuerda de Quimet, donde estará. Sus huesos, enterrados o no, al azote del viento. Se siente como una costilla de Quimet. Como de Adán y Eva. Y le viene a la cabeza la imagen de una serpiente. Vuelve a dormir.

Capítulo 45

En casa reciben la visita de un guapo hombre joven del barrio, de nombre Viçenc, próspero dueño de un bar. Es muy tímido y viene a pedir la mano de Rita, de la que se ha enamorado. Rita no sabe nada, de hecho no se conocen. Dice que es muy trabajador y que quiere ser un buen marido. Colometa dice que tiene que hablara con Rita. Cuando llega Rita y se lo cuenta, Rita reacciona airadamente. No quiere ser la mujer del tabernero y enterrarse en el barrio. Y de pronto se echa a reir ruidosamente, y luego también Colometa. Y el Antoni que de que se rien. Pues de la ridícula pedida de mano, y que desde luego que no, que no se iba a casar, entre risas, que ella tiene otras cosas en la cabeza.

Capítulo 46

Viçenc vuelve a casa y pregunta por la respuesta de Rita. Le dicen que es no. Da igual, dice, la conquistará y será suya. Manda flores una  y otra vez, y una invitación para cenar en el bar. Toni se pone del lado de su hermana, no entiende la actitud del chico.

Un día Colometa ve a su hija de espaldas, de pie y haciendo dibujos con el pie. Pisa su sombre y le parece que la eleva y que el tiempo la trasnporta, no el tiempo del mundo, el tiempo interior. Rita se vuelve y la mira. Se va y vuelve airada, le ha cantado las cuarenta a ese Viçenc, le ha dicho que así no se conquista a una chica. Él le ha contestado que está muy enamorado. Finalmente aceptan la invitacioin a cenar y va oda la familia. Rita, seria. Viçenc, desesperado, dice: no valgo para conquistar. y solo con esas palabras se ganó a Rita. Pero el noviazgo es una pesadilla, una montaña rusa de desplantes y reconciliaciones por parte de Rita. El chico está desesperado. Le piden paciencia Colometa y Antoni, cuando viene a casa a escondidas. Incluso Toni se ha puesto de parte de Viçenc, por lástima.

Toni va a hacer la mili en Barcelona, pero por quedarse en su ciudad tendrá que cumplir un año más de servicio. No quiere salir de la ciudad, no quiere salir de casa. Y todo, desde que le mendaron a las colonias.

Capítulo 47

Finalmente habrá boda. Rita no quiere pasar por mala en el barrio, ni que Viçcenc vaya de victima. Por eso quiere casarse, entre otras razones. No le hace gracia casarse con alguien del barrio.  Le gustaría más exotismo, pero Viçenc es guapo, eso sí. Empieza con la modista a coser el vestido. Viene Viçenc de visita siempre, que pesado, pero se va al ver que trabajan en el vestido. Colometa también cose, pero se cansa, y va al paruqe. Ya ha dejado a las señoras, ya no tiene la obsesión por las palomas. Anda sola por el parque, observa los árboles, esos seres misteriosos. Y llega a casa, a Rita y Toni enfadados, Toni venido del cuartel pidiendo merienda, Rita que no puede, primero el vestido. Siempre todos discutiendo, pero Colometa va al sofá, se sienta y sigue viendo los árboles del paruqe y sus hojas.

Capítulo 48

Llega el día de la boda. Dia de lluvia. Antoni da una gran dote. Para cuando me separe, dice Rita. Celebración en la sala de fiestas al lado del bar, que también es de Viçenc. Mucha pompa. Enriqueta, muy mayor. Los padres de Viçenc, de Cadaqués, muy amables. Viçenc, angustiado, ni se lo cree. Baile. Colometa con Toni, de soldado, se engancha el collar y ruedan las perlas. Luego con Antoni. Rita le dice al oido  que siempre había estado enamorada de Viçenc, pero que no lo quería demostrar. Ya no llueve. A casa. Los recuerdos de siempre. Colometa coge la caracola. Se sienta, ausente, melancólica, nostálgica. Y así se acaba el día.

Capítulo 49 (último)

Es de noche. Colometa se despierta al oir a Toni venir del cuartel. Se levanta al rato. Va a la cocina y coge un cuchillo. Un cuchillo de dientes de sierra, no como los de antes, para los que hacían falta afiladores. Donde estarán los afiladores. Y le empiezan a venir olores, todos los que han pasado por su vida y también los de ahora. La vida, las vidas, entrelazadas y que luego se separan. Sale a la calle, es madrugada. Un tranvía pasa. Llega a su antigua casa. Sube e intenta abrir la puerta por el agujero que hizo el Quimet. No puede. Escribe Colometa con la punta del cuchillo en la puerta. Va a la Plaza del Diamante. Ve las casas columpiarse y ve al Mateu con una paloma al hombro. Mateu le da la mano. Chilla. Un hombre le dice si se encuentra bien. Se abre un balcón. Sí, está bien. Gracias. Vuelve, desanda el camino. Ya es de día. El trajín del mercado. Llega a casa, con pasos cortos y exhausta. El Antoni la está esperando, preocupado. Colometa, que no podía dormir y que salió a que le diera el aire. Deja el cuchillo. Se pone el camisón y se mete en la cama, con Antoni, que está helado. Le abraza, se enrosca en él. Quiere asirlo, unirse a él. Se duermen. Colometa se despierta a las doce. Se viste. Bebe agua y recuerda que la víspera pensó en ir al parque, después de la boda, y que quizás vería un pajarito bajar a un charco y beber. Y que luego bajarían más y se bañarían en el charco. Todos contentos ...

FIN

MOLTES GRACIES.

Personajes

  • Natalia o Colometa (Colometa es un mote puesto por Quimet).
  • Quimet, primer marido de Natalia, carpintero. Controlador y celoso. Tiene dolores crónicos en la pierna que le hacen cojear. Obsesionado con las palomas que cría en casa, con las que según él se hará rico. Muere en combate en la guerra.
  • Pere, novio de Natalia, al que deja para casarse con Quimet.
  • Julieta, amiga de Natalia.
  • Cintet, amigo de Quimet. Muere en combate.
  • Enriqueta, vecina amiga de Natalia, vende boniatos y castañas en la calle.
  • Mateu, amigo de Quimet.
  • Toni y Rita, los niños de Natalia y Quimet.
  • Antoni, tendero al que Colometa (aunqeu él la llam siempre Natalia) limpia la casa y con quien al final se casa.
  • Viçenc, pretendiente de Rita, con quien se casará al final.

Objetos

  • Arvejas, especie de guisante o haba, que Colometa compra donde el tendero, para dar de comer a las palomas
  • Las balanzas, dibujadas en la pared de las escaleras de la casa de Colometa. Siempre que sale de casa o sube, están ahi.
  • Las dos monedas de mosén Juan, que se las dio con motivo de la boda y que al final tuvo que vender Colometa.
  • La japonesa, cortina de canutillos con dibujo de una japonesa, que separa la tienda de Antoni de la vivienda.
  • Las luces azules, son de las farolas que les han puesto algo para que no alumbren demasiado y así no guiar a los aviones del enemigo en la guerra. Más tarde, se convertirán en una alucinación de Colometa, que las ve en su cabeza y llega incluso a desmayarse.



Como citar: Sarasola, Josemari (2024) en ikusmira.org
"La plaza del Diamante (La plaça del Diamant), Mercè Rodoreda: resumen por capítulos" (en línea)   Enlace al artículo
Última actualización: 22/09/2024

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