Constitución de 1837 (Historia de España)
La Constitución de 1837 fue una constitución que articulaba el Reino de España como una monarquía constitucional, de corte liberal, frente al Estatuto Real de 1834, de corte conservador y absolutista. Su promulgación fue consecuencia de las tensiones entre progresistas y conservadores desde la vigencia de dicho Estatuto Real que culminaron en el motín de La Granja que obligaron a la reina regente María Cristina de Borbón a restaurar provisionalmente la Constitución de 1812, encargar una nueva constitución, instaurando para ello un gobierno liberal-progresista y unas cortes constituyentes. La nueva constitución tuvo como base la Constitución de Cádiz de 1812. Por un lado, acabó con la representación por estamentos, vestigio del Antiguo Régimen, introdujo el sufragio directo y censitario e instituyó el Senado cono cámara alta, como novedad frente al unicameralismo de la Constitución de 1812. Por otro lado, otorgó un papel decisivo a la monarquia, como nombrar al gobierno y derecho a veto sobre las leyes aprobadas por las Cortes, e incluso disolverlas. De este modo y con otras disposiciones, la Constitución de 1837 intentó establecer un equilibrio entre progresistas y moderados; sin embargo, las tensiones entre progresistas y moderados continuaron, hasta que en 1844 los moderados ganaron las elecciones e iniciaron los trámites para la nueva Constitución de 1845, que supuso un retroceso en la formación del estado liberal ya que introdujo como elementos esencial la soberanía compartida con la monarquía, ya con Isabel II en el trono tras alcanzar la mayoría de edad.
Como citar: Sarasola, Josemari (2024) en ikusmira.org
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Última actualización: 18/09/2024
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